He oído multitud de veces frases como "lo que no se mide no se gestiona" o "al que no sabe a dónde va cualquier destino le vale", queda claro que todos los empresarios tenemos un "plan en mente" aunque otra cosa es que lo compartamos con el resto del mundo.
Hoy en día disponemos de una tecnología inimaginable hace apenas unas décadas, así, por ejemplo, los nuevos automóviles están repletos de sensores e incluso cámaras (o que decir del GPS) que nos permiten conducir de modo más seguro y además llegar a nuestro destino antes.
Lo bueno es que en el área de administración de empresas existen tecnologías con la capacidad de actuar como integradores de la información de los equivalentes a los sensores de un coche (de hecho también integran datos de sensores propiamente dichos), una de estas tecnologías es el Business Intelligence.
Pensemos en equivalentes obvios, así las métricas actúan como sensores y un cuadro de mando (scorecard) lo hace como un GPS y todo ello, como en el coche, funciona cuando es relevante, en el caso del automóvil en tiempo real, en el del BI con unas pocas horas de decalaje, si bien en pocos años también funcionará en tiempo real.
Pero aún con todo lo anterior muchas empresas siguen fiándose del viejo mapa que es la contabilidad que además da sus noticias con meses de retraso (algo crónico en las PYMES) y en la intuición basada en la experiencia del empresario, pero, ¿de qué sirve la intuición cuando los problemas son nuevos o las decisiones han de tomarse en apenas horas? y ¿qué estilo de liderazgo transmite un empresario a su equipo cuando toma las decisiones de esa manera?.
En definitiva, siempre se habla de que las PYMES han de reconfigurar su estrategia ante crisis sistémicas como la que vivimos, han de repensar sus modelos de negocio, pero, ¿como hacerlo?, ¿con qué información?, sobre todo si en la era del GPS muchas empresas aún prefieren la brújula y sextante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario